Dios no hace como hacen los carpinteros….

Estoy leyendo Génesis 3 y 4.  Son chocantes.

Estos dos capítulos son muy diferentes a los otros pasajes que hemos leído.  Cuando leímos los primeros capítulos de Éxodo vimos a Dios tomando la iniciativa, convenciendo a personas a no oponerse a la salvación, a la liberación, a la bendición que él quiere traer.  Los problemas surgen porque el pueblo es necio.  Pero Dios acaba venciendo.

Tampoco es como en Génesis 1 y 2.  A cada paso, durante la creación del universo, Dios se fija en lo que ha hecho.  En los primeros 5 dias «vio que era bueno». En el sexto día, después de haber hecho a los seres humanos, se alegra más: «vio que era bueno en gran manera» Gen 1:31.

Una vez «terminada» la creación, Jehovah (el Señor) aparece en la historia (Gen. 2:4) para ajustar detalles — Jehová orienta al hombre.  Le hace una ayuda idónea. Y le da instrucciones sobre cómo vivir bien en un huerto que Jehová preparó especialmente para los dos.

Lo que choca en Génesis 3 y 4 es que el orden que Dios impone se viola.  ¡Lo era muy bueno está amenazado!  Los mismos seres humanos que Dios ha hecho y soltó dentro de su creación están haciendo lo que ellos quieren.  Y lo que sorprende en la historia, como se cuenta aquí no es simplemente el caso de que las personas (Adan, Eva, Caín) no hicieron bien.  Lo que sorprende es que Dios también se complica.  En el caso de Adan y Eva, ya no menciona que van a morir, y les provee de ropa y futuro.   En el caso de Abel y Cain, el texto menciona actitudes negativas que Dios toma.   Jehová ahora no parece estar tan favorable a lo que había declarado «muy bien» ni tampoco hace cumplir con un castigo.  Acaba protegiéndolos y dándoles participación en la creación.

Estas son las primeras historias que Moisés habrá contado a los esclavos en Egipto sobre Jehová (que ellos no conocían) y el lugar donde irán tener su propia tierra.   La experiencia de ellos lo cuenta Éxodo,  Jehová había oido su clamor, los sacaría de la esclavitud, será Dios de ellos y les dará una tierra para que pudieran convertirse en una nación como las otras que tenía tierra y un dios proprio.   Pero de esta experiencia sale el libro de Génesis.   ¿Qué nos está diciendo Moisés al entregarnos este libro «previo» que ayudará a los esclavos en Egipto a vivir una nueva vida en la tierra prometida?  En Egipto, como esclavos, el pueblo de Dios no tenía libertad, su vida era difícil, pero era una vida que llevaban dia a día. Ahora que han dejado Egipto, libertados, e camino a una nueva tierra, necesitan saber ¿Cómo será esta nueva tierra?  ¿Cómo será nuestra vida allí?   Será un mundo más amplio que el que ocuparon quando fuero esclavos.  Y, ahora, serán responsables por su propio futuro.  ¿Cómo los tratará Dios?

Lo que a mi me llamó la atención es que Moisés quiere que sepan que la vida no obedece reglas.   Dios no hizo he mundo de la misma forma que un carpintero hace un mueble. 6228608 Una vez terminado el mueble lo vende y «ojalá lo cuiden».  Pero si no lo cuidan, y el carpintero es buena gente, cuando el mueble se daña, lo recibe de regreso en su taller para arreglarlo y dejarlo como nuevo.

Por buena que sea, ésta NO es la relación que Dios inicia con su creación.  Cuando Dios los libera de su esclavitud para llevarlos a una nueva tierra llena de cosas buenas para las cuales no trabajaron, no es que los libera y entrega un mapa para la tierra prometida.  No dice «Aquí están las instrucciones, ¡que les vaya bien!»

Dios, diferente del carpintero, se angustia con su obra «terminada».  No hizo un objeto, sino otro sujeto como él mismo.  Desde el momento de la creación hasta por toda la eternidad, Dios se mete, se deja afectar, por el drama que produce la desobediencia (y fidelidad, a veces) de sus criaturas.  La realidad toma la forma de una relación pactada entre seres que dependen uno del otro.  Vivimos en un mundo que Dios hizo, haciendo uso de su palabra (1:3; 1:6; 1:9; 1:11)  Pero también en un mundo donde Dios sigue presente y sigue hablando, escuchando y haciéndose escuchado.  Está en interacción con sus criaturas, y en esto seguirá, hasta alcanzar la plena intimidad.

Esta es la relación a que los esclavos están siendo introducidos.  La relación que comienzan a tener con Jehovah es una relación de vulnerabilidad.  Ellos irán al desierto donde dependerán totalmente de él.  Cuando no obedecen en todo, Dios está allí afectado.  Ellos también son afectados.  Dios, estando allí, con ellos, frustrándose muchas veces, castigando y aguantando al pueblo, no se deja vencer.  Los sigue llevando hacia la realización de su propósito–el de bendecir a su Pueblo y, por medio de ellos, a toda la humanidad.

Ésta es una historia que no ha terminado.  Estamos viviendo otro momento en la misma historia.  Dios sigue atento, activo y angustiado también en esta fase de la historia.  No se ha dado por vencido en su propósito de traer bendición a su pueblo y a toda la humanidad.  Y nosotros no vivimos en un mueble, o una casa, que él hizo y ha terminado y en que basta seguir las instrucciones.  Sigue trabajando el que nos hizo para que tengamos una relación.  Para llegar allí, pasamos por vulnerabilidades; la relación está llena de dramas y complicaciones, pero apunta para una finalidad que bendice naciones y generaciones.  En esta relación Dios se hace afectar por lo que hacemos así como nosotros somos afectados por lo que él hace.

  • ¿Dónde estás tú en esta historia?
  • ¿a qué pueblo migrante Dios te ha llamado a acompañar?
  • ¿Qué historias Dios quiere que cuentes a ellos para que entiendan la relación que tienen con él que los está llamando?

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