Uno de los primeros temas de la Biblia es que Dios usa a las personas que caminan con él.
En el Pentateuco varias personas son presentadas como personas que caminaron con Dios. El mismo Pentateuco es fruto del ministerio de Moisés, que caminó con Dios, peleó con Dios, resistió a Dios y habló con Dios.
En Génesis encontramos a tres o cuatro personas quienes la Biblia dice que caminaron con Dios. Estas personas se distinguen no sólo por haber caminado con Dios, sino por lo que Dios hace con sus vidas.
- El primero aparece en Génesis 5:22-24: «caminó Enoc con Dios trescientos años, y engendró hijos e hijas. Así, todos los días de Enoc fueron trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque lo llevó Dios.«
- El segundo es Noé en Génesis 6:9. Y sabemos que Dios lo usó para salvar a su creación de la destrucción.
- Con el tercero, Abraham, Dios aparece con el nombre que usa para significar su pacto con lo que ha creado — Jehovah.
Abram tenía noventa y nueve años de edad cuando se le apareció Jehová y le dijo: — Yo soy el Dios Todopoderoso. Anda delante de mí y sé perfecto. Yo haré un pacto contigo y te multiplicaré en gran manera. (Gen 17:1-2)
Es en este momento, y con Abraham, que Jehovah promete algo más:
serás padre de muchedumbre de gentes. No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Te multiplicaré en gran manera, y de ti saldrán naciones y reyes. Estableceré un pacto contigo y con tu descendencia después de ti, de generación en generación: un pacto perpetuo, para ser tu Dios y el de tu descendencia después de ti. (Gen 17:4-7 R95)
- Al final de Génesis, Jacob da testimonio de que su padre y su abuelo caminaron con Dios, y que este mismo Dios lo había pastoreado a él. (Génesis 48:15)
En Éxodo, es el mismo pueblo que camina con Jehová, el dios de Israel. Cuando el pueblo ha salido de Egipto, dice que el Señor (Ex. 13:21) y el «angel de Jehovah» (14:19) caminó con el pueblo.
Más allá del mismo Pentateuco vamos que estos temas, inicialmente presentados en el Pentateuco, son usados para hablar de la relación de otras personas con Dios y de la posibilidad de que nosotros desarrollemos una relación con él.
En Los Salmos encontramos una promesa para quien camina en los caminos del Señor y evita parar, sentar o caminar en otros caminos. No usa la figura de una persona que sienta con Dios, pues en los cinco primeros libros de la Biblia, Dios habla solamente con personas que están sobre un camino y no tienen un lugar propio. Viven en lugares que pertenecen a otros y por esto necesitan de un Dios, como Jehová, que no pertenece a un lugar, sino que camina con ellos, donde quiera que vayan.
Bienaventurado el varón
que no anduvo en consejo de malos,
ni estuvo en camino de pecadores,
ni en silla de escarnecedores se ha sentado,
sino que en la ley de Jehová está su delicia
y en su Ley medita de día y de noche (Salmo 1:1,2)
Estos relatos pasan a ofrecernos las palabras básicas para poder hablar de la relación con Dios de otros personajes bíblicos.
Aunque la Biblia fue escrita por muchos autores, refleja a un mismo Dios, y relata cómo se desarrollan las historias de Dios con su creación, con su pueblo. Cuenta las dificultades y victorias que Dios y el pueblo tuvieron para caminar juntos hacia el cumplimiento de su promesa de bendición para toda la humanidad.
Y más tarde, aunque hable de llegar a un lugar fijo encontramos que este tema de andar con Dios, quien también tiene caminos propios. Aparece en los profetas. Miqueas dice que las naciones van a caminar con el Señor:
Vendrán muchas naciones, y dirán:
“Venid, subamos al monte de Jehová,
a la casa del Dios de Jacob;
él nos enseñará en sus caminos
y andaremos por sus veredas” (Miq 4:2)
El tema de caminar con Dios aparece primero cuando Dios camina com migrantes, refugiados y pueblos bajo dominio de otros, y los convierte en los personajes claves para la historia de la humanidad y de la salvación.
Dios mismo se da la tarea de caminar con ellos. Es una actitud de vulnerabilidad para con sus propias criaturas. «Caminar» se convierte en una invitación, primero al pueblo de Dios y luego a toda la humanidad–a las naciones.
Como hemos observado, aunque antiguos, los textos del Pentateuco son para nosotros, así como lo fueron para el Salmista y para los profetas. No son mera historia. Son la voz de Dios que nos encuentra en el camino, habla con nosotros, nos invita a ser Su pueblo y a testificar sobre Sus obras. Es una invitación a caminar con él. No sé si para Ud es fácil o difícil caminar con Dios. Para mi es fácil pensar sobre Dios, enseñar a otros, y «encaminarme» en su obra. Pero ¿caminar con Dios mismo? ¿Cómo lo hago?
Sabiendo que Dios camina conmigo y me invita, me incentiva a superar las otras cosas que tratan de ocupar mi vida. En cada momento tengo que mirar mi camino y tratar de reconocer a Dios caminando conmigo y darme cuenta de que él quiere darse a conocer por la forma en que camina conmigo.
Personalmente, tengo dificultad de hacer estas cosas cuando me encuentro con situaciones que preocupan, o cuando no siento que estoy haciendo todo lo que necesito hacer. Es como si en estos momento yo pensara que no tengo tiempo para caminar con Dios. Estoy equivocado.
¿Cómo hace Ud.?
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Juvenal López M
¿Cómo es el caminar con D´s? Es el tomar conciencia de quién es D´s, y tenerlo en cuenta en toda nuestra vivencia diaria, sabiendo de antemano que Él todo lo ve; que Él todo lo escucha y todo lo sabe. Por eso D´s le dijo a Abram: Yo soy el D´s Todopoderoso. Anda delante de mí y sé perfecto. Génesis 17:1 b. Entonces Abram empezó a tenerle en cuenta a D´s en todo y fue fiel y firme, y es cuando le cambió el nombre de Abram a Abraham. Por ello, el tenerle en cuenta a D´s en todo, y todo lo que deseemos y hagamos debe estar en relación a la voluntad de D´s. Entonces ¿Te animas a caminar con D´s, o serás un simple religiosos y oidor? Así como el Señor Jesús llamó a los que serían sus discípulos a caminar con Él, hoy sigue llamando ¿Le seguiremos?
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