Leyendo Deuteronomio

promisedlandDeuteronomio se nos presenta como las últimas palabras de Moisés.  Es un libro que resume y recuenta la historia de la liberación de Egipto que Jehová ha obrado a favor de los descendientes de Jacob.  En el proceso, Jehová ha hecho señales y maravillas en un esfuerzo para crear una reputación para sí mismo y para un Pueblo para el cuál el es, además de creador de cielo y tierra, su Dios étnico.

a vosotros Jehová os tomó, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que seáis el pueblo de su heredad como en este día (4:20)

Me gusta la pintura arriba porque me ayuda a sentir las emociones de Moisés cuando llega a ver el Rio Jordán y la tierra para la cuál ha luchado para traer al pueblo,  sabía que no iba a poder entrar.

Jehová se enojó contra mí por causa de vosotros, y juró que yo no pasaría el Jordán ni entraría en la buena tierra que Jehová, tu Dios, te da por heredad. Así que yo voy a morir en esta tierra, y no pasaré el Jordán; pero vosotros pasaréis y poseeréis aquella buena tierra (4:21-22)

Para concluir su ministerio Moisés se dio el cuidado de repetir para el pueblo una memoria resumida las historias sobre todo lo que Dios había hecho Jehová y de cómo el pueblo resistió.

El carácter del libro está fuertemente marcado por los textos de Éxodo, Levítico y Números que vuelven a aparecer aquí.  Mucho de Deuteronomio ya lo hemos visto en nuestras lecturas anteriores.

Avanzando en mi lectura hasta la mitad del libro, me comienza a llamar la atención la violencia que Jehová demanda de su pueblo para con los pueblos que están en la tierra que van a tomar.   Me cuesta aceptar que Dios sea así.  Sin embargo, se ve el desarrollo de los temas básicos del pacto:  que Israel (un pueblo que antes no fue un pueblo unido) pertenece a Jehová y Jehová es su Dios.  Ya que Jehová es Dios de todas las tribus, él es quien los une.  Cuando conquistan la tierra, se dan cuenta de que este Dios, que los liberó de Egipto, también es Dios en la tierra de Canaan y de toda la tierra.  Tiene el derecho de cobrar a todos los pueblos la obediencia y esta guerra es una demostración de este derecho.  Sin embargo, sabemos que Dios está preparando una bendición para todas las naciones, inclusive las que están en la tierra.

Cuando Jehová, tu Dios, destruya a las naciones cuya tierra Jehová, tu Dios, te va a dar, y tú las heredes y habites en sus ciudades y en sus casas, apartarás tres ciudades en medio de la tierra que Jehová, tu Dios, te da para que la poseas (19:1,2)

en las ciudades de estos pueblos que Jehová, tu Dios, te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida, sino que destruirás completamente al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jehová, tu Dios, te ha mandado, para que no os enseñen a imitar todas esas abominaciones que ellos han hecho en honor de sus dioses, y pequéis contra Jehová, vuestro Dios. 20:16-18

Este es el Dios que envió a Jesús como el Mesías del pueblo de Israel, para traer bendición a las naciones (a los gentiles).

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